¿No te pasa que a veces crees estar haciendo todo lo que te dicen pero de alguna manera u otra las cosas no parecen estar funcionando? Has visto que en otros funciona, sabes que funciona pero en ti las cosas son un tanto diferentes. Muchas veces creemos que estamos haciendo todo a la perfección, pero la falta de control y de cuidado nos ponen en una situación en la que lisa y llanamente estamos impidiendo el florecimiento de los resultados en nuestro cuerpo.
Hoy quiero compartir contigo cuatro de los errores más sigilosos a la hora de entrenar que sin embargo son bastante perjudiciales para con nuestros resultados. Si te estás preguntando por qué no funciona lo que estás haciendo puede que en algunos de estos errores encuentres la respuesta.
Tus tiempos de descanso entre series son demasiado largos
Esto es de lo más común. Pides un agua y mientras esperas han pasado dos minutos, haces una pregunta a tu monitor o a tu compañero de entrenamiento y pasa lo mismo. Le dices al que está al lado tuyo que este aparato es durísimo y han pasado tres o cuatro minutos en ese inicio de conversación. Ahora bien, si estás entrenando para ganar cantidades enormes de músculo puede que esté bien descansar ese tiempo (siempre que además levantes bien pesado y entrenes duro). Pero para quien hace pesas para bajar de peso, para quien quiere tonificar y en general para cualquier otra persona que no esté buscando cantidades masivas de músculo, ése tiempo de descanso es excesivo.
30, 45 segundos es lo que necesitas para comenzar a ver resultados otra vez, o para verlos por primera vez. El gimnasio está bueno para conocer gente, pero su finalidad es que vayas a entrenar, así que ve y hazlo. Ten a mano un reloj o un timer y cuida que el tiempo que descansas entre series es en promedio este de arriba.
Tu intensidad no es lo suficientemente alta
En general cuando voy al gimnasio muchos me dicen «estas loco» por entrenar de la manera en que me entreno. No es que ando gritando al hacer press de banca ni me desmayo después de unas sentadillas, pero hay algo bueno que tienes que sacar de esto. Si vas al gimnasio a cumplir, porque tienes que ir, o haces los mismos ejercicios una y otra vez y solo emulas el movimiento sin siquiera ponerle el mínimo de esfuerzo, o que al mínimo de molestia ya dejas de hacerlo entonces puedo garantizarte con total seguridad que tus resultados serán muuuuy pobres, como mucho. Y lo digo porque quienes me dicen que estoy loco ya iban al gimnasio antes que yo y después de años siguen haciendo la misma rutina, con el mismo peso y con las mismas pocas ganas…
Si vas al gimnasio entrena, y hazlo lo suficientemente duro como para que tu cuerpo note que estás allí. No ponerle ganas ni esfuerzo a la rutina es uno de los errores que considero capitales a la hora de intentar cambiar el cuerpo. Concéntrate, es algo mental. La persona poco experimentada con las pesas deja el ejercicio a la primera incomodidad. Eso no es dolor, es en cierta medida falta de concentración. Empújate un poco, no solo porque tu cuerpo lo soportará sino porque no te morirás por un poco de esfuerzo. Asume esto: siempre habrá incomodidad muscular así que el juego es uno mental. No vayas a la guerra si no buscas algo extraordinario, pero tampoco vayas porque tienes que ir.
Una solución simple ¿quieres más intensidad? carga tus canciones favoritas, cálzate los auriculares, agacha la cabeza y entrena como si de eso dependiera tu vida.
Deja las bebidas deportivas o las energéticas
Si eres un atleta, quiero decir una persona que tiene entrenador personal, nutricionista y médico detrás, y si tus rutinas son maratónicas horas de entrenamiento súper intenso y se vienen las olimpiadas entonces sí, un gatorade para acompañar el entrenamiento es casi una obligación. Sin embargo, para el entrenamiento tradicional de una hora, por más intenso que sea, y especialmente si lo que quieres es adelgazar, quemar grasas y estar bien marcad@ ésas bebidas deportivas o energéticas son calorías extras que se entrometen de lleno en tu objetivo. Simplemente no puedes permitirte 250 calorías de una bebida dentro de una rutina que quema 500, porque en ése caso no estarías quemando 500, sino que estarías quemando 250 con un esfuerzo para 500.
La solución es tremendamente simple. Bebe agua. No hace falta decir más.
No te alimentas correctamente
Hablamos recién de no recargarnos calorías innecesarias por la bebida. Lo de ahora aplica especialmente a las comidas pre y post entrenamiento. Si te vas al gym sin comer no tendrás la energía para entrenar. La comida es energía y qué mejor momento para consumirla que antes de utilizarla, y luego de entrenar para recuperarnos mejor y más rápido.
La cosa es así, si quieres ponerte en forma rápido las comidas pre y post entrenamiento son vitales, tanto en términos de nutrición, como en términos de energía para el entrenamiento, aunque también en la consecución de resultados. Haz la prueba, si no comes irás a entrenar sin fuerzas y sin energía, o es muy probable que te pinches en medio de la rutina. Por el contrario come una hora antes de entrenar una comida con carbohidratos y proteínas, ambos de calidad, y te sentirás tan fuerte que le darás a tu entrenamiento la intensidad que se merece. Haz tu comida post entrenamiento también para que te recuperes más rápido. El cuerpo después de entrenar es una esponja y absorberá todo lo que le des (otra buena razón para comer alimentos altamente nutritivos)