Ya sea que te estés iniciando o no con el ejercicio, estos errores pueden costarte realmente muy caro. Asegúrate de no estar cometiéndolos y aprende a evitarlos para sacar lo mejor de tu cuerpo.
1. El jorobado del gym
Este error es tan común como perjudicial, y no es patrimonio de principiantes. Es importante que cuando realices cualquier clase de ejercicio te tomes tu tiempo para aprender y desarrollar una buena postura. Realmente no quieres hacer un curl de bíceps encorvado, o un press de banca desaliñado o arqueado. Las razones son muy simples y a la vez poderosas, no obtienes lo mejor del ejercicio y tus chances de lesionarte son muy muy altas. Si tu espalda está redondeada tu espina dorsal no consigue el suficiente apoyo, y esto es un problema y es peligroso, en especial si estás haciendo pesas.
2. Apurando las repeticiones
La velocidad de las repeticiones nunca es sinónimo de buenos resultados. Por el contrario al querer hacer todo rápido no obtienes suficiente tensión en los músculos trabajados, perjudicas la técnica del ejercicio y esto perjudica tus resultados, además de que puedes lesionar tus articulaciones. No es especialmente importante cuántas veces hagas un ejercicio en particular, sino que ese ejercicio se haga apropiadamente. Lo que quieres es concentrarte en el músculo que estás trabajando y en el correcto movimiento de manera tal que estos trabajen como se supone que deben.
3. La búsqueda de soluciones rápidas
Las frustraciones y los desencantos con el ejercicio nacen porque se piensa que a las dos semanas de entrenar ya aparecerán los abdominales marcados, o los músculos grandotes, o una súper definición corporal. Tienes que comprender que nada es instantáneo. Si quieres resultados tienes que poner dos cosas: esfuerzo y tiempo en ello. Estar en forma es un compromiso para toda la vida. No haces dieta unos días, sales a correr con regularidad un mes, obtienes un peso con el que estás a gusto y luego abandonas todo hasta que otra vez te sientes mal contigo por tus malos hábitos alimenticios y falta de actividad. No tienes que matarte entrenando para conseguir tus objetivos, pero sí comprender que tienes que hacerlo con regularidad y luego mantener ese esfuerzo.
4. Olvidarte de calentar y de estirar
Esto es tan subestimado por todo el mundo y a su vez es tan beneficioso que no lo quieres pasar por alto en tus entrenamientos. Necesitas que tus músculos estén listos para ejercitarte por lo que calentar antes es imprescindible. Que no te hayas lesionado por no hacerlo no significa que no lo necesites. Si vas a tener una sesión desafiante (como deberías hacerlo siempre que vayas a ejercitarte) tu cuerpo tiene que estar preparado para ello. Si no lo haces no solo que verdaderamente aumentas tus chances de lesiones sino que encima tu cuerpo no puede dar lo mejor durante la sesión.
Y al final ¿por qué estirar? Dos razones: permites que tu cuerpo regrese gradualmente a sus pulsaciones normales, lo que es bueno para tu corazón; y además no te duele todo al día siguiente, lo que te asegura un día sin inconvenientes físicos ni molestias. No sabemos que piensas tu, pero a nosotros no nos gusta andar doloridos ni drenados de energía después de un entrenamiento.