Cómo mejorar tu peso, tu cuerpo y tu calidad de vida


Estas recomendaciones (piensa en ellas como leyes) te ayudarán a mejorar lo que dice el título de este artículo, tu peso, tu cuerpo, tu calidad de vida y yo le agregaría que te liberarán de estar batallando toooodos los días preocupad@ por si engordas o no. Veamos…

Piensa en progresar, no en hacerlo perfecto

Si piensas en términos de perfección es como si estuvieras apostando al todo o nada. Nada más lejos de la realidad. Cualquier cosa que prentedas lograr lleva tiempo, paciencia y esfuerzo. Por lo tanto piensa en progresar y no en hacerlo perfecto. Comienza cambiando solo lo que puedas de tu alimentación por ejemplo, y luego incrementa esos cambios. Pronto toda la comida será diferente, créeme. Solo se te pedirá un mínimo de constancia al inicio. Pequeños pasos que sumados cambiarán radicalmente tu manera de comer si lo deseas y le das la oportunidad. Ten presente que estás cambiando conductas bastante arraigadas, por lo que es esperable dar algunos pasos atrás. Que no te desanime y recuerda: progresa, nadie escaló el Everest sin antes haber escalado montañas más pequeñas.

El ejercicio no se negocia

A simple vista parece difícil, pero no lo es. ¿Qué hacer? Repetir la acción de ejercitarte hasta que quede incorporada. Una vez que lo haces realmente es automático, tienes una rutina, un hábito, y lo haces sin pensar. Incluso esa incomodidad inicial típica de ejercitarte desaparece o más bien se incorpora. No hay excusas, simplemente hay que hacerlo una y otra vez hasta que sea parte de tu vida. Aquí no vale el «no tengo tiempo» ni el «mis hijos/marido/esposa/estudio/abuel@». Ponlo en tu lista de prioridades de cada día y pronto lo que te parecerá extraño será no hacerlo, y en ese momento te darás cuenta (gratamente por cierto) que haces ejercicio todos los días y que por lo tanto tu cuerpo está mejor, y tú te sientes mejor, más sano y bien cuidado.

En el supermercado haz compras inteligentes

Con estos consejos:

– Lleva una lista (puedes imprimir y llevar la nuestra)
– No salgas a comprar con hambre (porque seguro te comprarás algo para comer)
– Aprende a leer las etiquetas
– Compra vegetales congelados para tener siempre a mano en casa
– Pídele al carnicero cortes de carne magros y que te elimine la grasa visible

Haz de tu casa un entorno saludable

– Limpia de tu despensa de grasas trans, aceites hidrogenados, harinas blancas, jarabe de maíz de alta fructosa, colorantes.
– Galletitas, tortas, chocolates, productos de pastelería, todo afuera. Si no está en tu casa no te vestirás y saldrás a comprar.
– Afuera de la heladera las latas de gaseosas, jugos que no sean preparados en casa, latas de cerveza, helados.
– Añade frutos secos, semillas, granos, alimentos integrales.
– Ten siempre a mano frutas y verduras.
– Resumiendo, saca lo malo, añade lo bueno y rodéate de lo que sabes que te hace bien.

Desvincula tus emociones de la comida

Quienes llevan una relación emocional con la comida comen: cuando se sienten sol@s, cuando están aburrid@s, cuando están tristes, cuando les da ansiedad, cuando están estresad@s. ¿Te ha pasado que has tenido una discusión con tu novi@ y esa misma noche te compraste una piza para llorar en frente del televisor? Esto es muy común, y muchas veces se come por cualquier cosa, menos por hambre. El humor y el estado de ánimo es uno de los problemas que más afecta a las personas con sobrepeso.

Nuestra recomendación es que de a poco comiences a desvincular tus emociones de lo que comes, y que vuelvas a aprender que la comida, incluso la más rica de todas, es solo el combustible que tu cuerpo necesita para vivir.

Un poco de realismo a la situación

Sería irrealista decir que no te tentarás y que no te saldrás de tu alimentación saludable, o que tendrás asistencia perfecta en el gimnasio. Sin embargo, y a propósito de la regla de progresar y no hacerlo todo perfecto tienes que estar preparad@ de dos maneras. Una mental, para no tomar cada «revés» como un fracaso; y la otra con recursos para que en caso de que nos salgamos del camino lo hagamos con el menor daño colateral posible. Por ejemplo, si hoy no vas a ir al gimnasio (cosa que no recomendamos o que es lo mismo: ejercicio no negociable) que tu día no sea el más sedentario de todos. Por el contrario, si no vas a ir a entrenar que tu día sea tan activo como te sea posible. Lo mismo aplica por ejemplo si sales a cenar a algún lado. No te pidas la porción de papas fritas, pide una ensalada. Entiende que no hay que hacerlo todo perfecto y lo más probable es que no lo hagas, por lo que es bueno esta preparad@ para esa situación y aceptarla cuanto antes, a pesar de que nuestros esfuerzos siempre tienen que ser los mejores.

Bueno, estas son algunas reglas para comenzar, hay muchas más de las que solo te dejaremos la idea y que esperamos que trabajes en ellas tanto como puedas también:

– piensa en calidad de calorías, no en cantidad
– el poder de un descanso adecuado no tiene comparación
– encuentra sustitutos saludables para cuando te de hambre
– comienza todos y cada uno de tus días con un desayuno
– mantén tu metabolismo alto con comidas frecuentes y ejercicio
– reemplaza el azúcar por opciones saludabes
– vive más relajad@

Melissa Fernandez

Hola, mi nombre es Melissa Fernández, soy profesional de la salud, tengo 30 años y lo que me apasiona es el movimiento humano, el ejercicio físico y todo lo que tenga que ver con hábitos de vida saludables. Soy Bachiller en Promoción de la Salud Física, tengo una Especialización en Entrenamiento Personal. Soy graduada del Programa de Formación de Instructores de Pilates impartido por Global Fitness, además cursé capacitaciones de Entrenamiento con Kettlebell, Entrenamiento Inteligente y otros cursos de entrenamiento funcional. Actualmente soy instructora del Gimnasio Universitario de la Universidad de Costa Rica y soy Coach certificada por la franquicia estadounidense Orangetheory Fitness donde trabajo desde el 2018.

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