Lo que voy a compartir contigo hoy es algo tan importante que aplica a cualquier objetivo que se te ocurra. Si lo usas para bajar de peso funcionará, si lo usas para ganar músculo funcionará y en el medio todo lo que se te ocurra hacer con tu cuerpo. Tan importante es que tal vez estés haciendo todo a la perfección pero si no haces esto de lo que hablaremos puedes tener el mejor programa del mundo que todo se caerá en tus narices.
Esto que tienes que hacer en todo programa es lisa y llanamente: prestar atención a los resultados y ajustar en consecuencia.
Ni por un segundo pienses que la dieta o el programa de ejercicios que tienes entre manos funcionará para siempre. Cualquier programa que te compres es solo un punto de partida que por supuesto tienes que seguir, pero si no te mides semana a semana y no ajustas en consecuencia simplemente no obtendrás resultado alguno. Porque ¿cómo sabrás que te está yendo bien si no te mides? ¿cómo sabrás que estás en camino si no te pesas? ¿intuición, sensaciones, lo que te dicen tus compañeros de trabajo? lamento informarte que ningún programa funciona así…
Tienes que tomar a tu cuerpo y al programa que tengas como un sistema de retroalimentación. Analizar tu cuerpo es la guía más precisa y confiable que puedes tener para saber si lo que estás haciendo funciona o no, y ajustar de acuerdo a lo obtenido de ése análisis. Pero cuidado que no estamos hablando de meterse a un laboratorio, que nos metan electrodos por todo el cuerpo y que durante una semana al mes corramos en la cinta conectados a un respirador. Controlarse es realmente muy simple, y la razón para hacerlo también lo es, pero a su vez es algo increíblemente poderoso para hacer por el bien de nuestros objetivos.
Verás, nuestros cuerpos tienen un increíble poder de adaptación. Si comes para ganar músculo tu cuerpo se adaptará a ése extra de calorías, a la restricción de calorías de tu programa para bajar de peso tu cuerpo también se adaptará, lo mismo aplica para la rutina de ejercicios que no se cambia nunca y para la intensidad que le das a esa rutina.
Pongamos como ejemplo la pérdida de peso, mientras más delgado@ te pongas más se adaptará tu cuerpo. ¿La razón? la ecuación de energía, calorías que entran versus calorías que salen, es un proceso dinámico, cambiante. Si comenzaste tu programa para bajar de peso con 70 kilos y para ese peso necesitabas 2500 calorías, entonces cuando pesas 65 kilos es poco probable que necesites esa misma cantidad de calorías. La cantidad de calorías que necesitarías para bajar la misma cantidad de peso cambiaría con tu peso ahora y tu peso dentro de tres meses haciendo la misma dieta.
Lo mismo aplica para quien quiere ganar peso. Si consumes 3000 calorías por día para los 70 kilos y con ese consumo llegas a los 75 kilos en ese punto dejarás de ganar peso porque esas 3000 calorías que en los 70 eran para ganar peso ahora serán las necesarias para un mantenimiento y en consecuencia no ganarás más peso ¿se entiende?
Como también lo dijimos el cuerpo se adapta al ejercicio y poco a poco, si te mantienes haciendo lo mismo, el ejercicio se vuelve menos efectivo. Si 30 kilos en sentadillas le daban más centímetros a tus cuádriceps, pasado un par de meses lo más probable es que necesites 60, 70, 80 kilos para conseguir más centímetros. Estas son las razones por las que se recomienda cambiar la rutina y el kilaje regularmente y que no se sea exagerado con la restricción o el aumento de calorías dependiendo del objetivo perseguido. Lento pero seguro dicen…
Por lo tanto lo que tienes que hacer es contar con un sistema de respuesta, de acción y reacción a lo que haces, un sistema que todos y cada uno de nosotros tenemos. Puesto de otra manera tienes que prestar atención a lo que vas obteniendo, medir tus resultados en intervalos frecuentes y ponerle una lenta y leve pero constante progresión en la intesidad de la rutina de ejercicios que haces. Tus indicadores serán tu propio peso que puede medirse en casa o en una farmacia cercana semana a semana, tu porcentaje de grasa corporal cada diez o quince días que puedes tomarlo con un calibre que no cuesta más de 30 dólares, tomarte medidas del brazo, la cintura, el pecho, el cuádricep, las pantorrilas.
Puedes hacer solo una o puedes hacerlas a todas, de tí depende, pero mientras más pronto aprendas a dominar este paso mucho mejor para tus resultados. No hay nada mejor que tu cuerpo reaccionando a lo que le ofreces como sistema para saber si logras o no lo pretendido. ¿Qué pasa si no lo logras? Ajustas, quitas, sacas, agregas, le das una semana y vuelves a medir. Si anda todo sobre ruedas perfecto sigues así hasta que no consigas resultados y en cuyo caso vuelves a ajustar, quitar, sacar o lo que tengas que hacer. Y si no consigues resultados el proceso es exactamente el mismo, repites el ajuste, lo que quitas, lo que sacas o lo que tengas que hacer de acuerdo a tu objetivo.
Ya a esta altura no hace falta decir que la medición es crucial ¿verdad? Espero que lo aproveches porque este es uno de los artículos más valiosos que he escrito. Pero por si quedan dudas lo diré: medirte y controlar tus resultados es vital para el programa o dieta que estés haciendo, el éxito en ese programa es directamente proporcional al control que le das.