Feas verdades sobre la harina blanca


La harina blanca ¿tiene calorías vacías?

¿Alguna vez escuchaste el término «calorías vacías»? Comunmente se refiere a comidas que obviamente contienen calorías, pero que ninguna de ellas tiene valor nutricional. Bueno, si la harina blanca hiciera una película, «calorías vacías» sería su principal protagonista. La harina blanca altamente procesada (o harina de trigo común, o harina de trigo enriquecida) se pierde las dos partes más nutritivas de la semilla: el salvado y el germen.

Y lamentablemente la dieta contemporánea se basa en harinas blancas: el pan blanco, los fideos, galletitas, etc. Este es el punto que quiero señalar en este artículo: una dieta repleta de comidas refinadas deja a quienes las consumen muy mal nutridos, con constipación y vulnerables a un abanico de enfermedades crónicas entre otras cosas.

Tomarse un par de pastillitas multivitamínicas y minerales con la esperanza de compensar lo que nos perdemos de nuestra «dieta» no funcionará. Ni siquiera el término «enriquecida» de la harina compensa todos los nutrientes que se pierden durante el refinamiento. Por otro lado, y para que quede claro, ningún suplemento que se tome reemplazará la comida, y eso es un hecho comprobado.

A mayor cantidad de comida refinada que una persona consuma, más insulina producirá el cuerpo para manejarla. La insulina promueve la acumulación de grasas preparando el terreno para una rápida ganancia de peso y altos niveles de triglicéridos, lo que puede llevar a problemas cardiacos. Con el tiempo el páncreas trabaja tanto en exceso que la producción de insulina se detiene y la hipoglicemia o la diabetes entran en la conversación. Además de esto, el cuerpo obtiene de poco a nada de combustible proveniente de esta comida y trata de convertir el músculo y la grasa como fuentes de energía (algo que definitivamente NO QUIERES).

No te dejes engañar por el término «harina enriquecida», porque sólo se agregan cuatro o cinco vitaminas y minerales, en comparación a los 30 nutrientes que se pierden en el proceso junto a la tan preciada fibra y otras sustancias beneficiosas como los antioxidantes.

La harina integral versus la harina blanca

Ambas harinas se obtienen a partir del trigo, la diferencia radica en las partes del grano utilizado como te decía anteriormente. La harina integral utiliza las tres partes del grano, el salvado, el germen y el endoesperma (almidones), mientras que la harina blanca sólo utiliza los almidones.

Cuando el salvado y el germen es removido del granoo de trigo, más del 80% de la fibra, nutrientes y antioxidantes también son removidos por este proceso, tanto que los gobiernos requieren lo que te decía anteriormente: que cuatro o cinco de los nutrientes enriquezcan o «fortifiquen» la harina. ¿El resultado? La harina blanca es nutricionalmente inútil.

En el duelo harina blanca versus harina integral, esta última ganaría por K.O. Así que quedas advertido, si tu objetivo es conseguir la mejor nutrición posible, entonces piénsalo dos veces al comer pan blanco, o cualquier producto derivado de la harina blanca.

 

Melissa Fernandez

Hola, mi nombre es Melissa Fernández, soy profesional de la salud, tengo 30 años y lo que me apasiona es el movimiento humano, el ejercicio físico y todo lo que tenga que ver con hábitos de vida saludables. Soy Bachiller en Promoción de la Salud Física, tengo una Especialización en Entrenamiento Personal. Soy graduada del Programa de Formación de Instructores de Pilates impartido por Global Fitness, además cursé capacitaciones de Entrenamiento con Kettlebell, Entrenamiento Inteligente y otros cursos de entrenamiento funcional. Actualmente soy instructora del Gimnasio Universitario de la Universidad de Costa Rica y soy Coach certificada por la franquicia estadounidense Orangetheory Fitness donde trabajo desde el 2018.

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