La Comida Chatarra es increíble


El error de incluir la comida chatarra en nuestra vida

Vivimos en una sociedad propensa a las adicciones, pero de todas las adicciones que existen, una de las más mortales y de las más subestimadas es la comida chatarra. El término comida chatarra hace referencia a cualquier comida que es alta en calorías, grasas, sal y azúcar, sin brindarnos ningún valor nutricional en la ecuación. Desafortunadamente, este tipo de comidas es en general conveniente, sabrosa y extremadamente adictiva.

Las comidas que son altas en grasa y azúcar trabajan en nuestros cerebros como los opiáceos (analgésicos) y mientras más comemos, más queremos. Esta consecuencia también aumenta por el efecto de «calorías vacías» de la comida chatarra. Nos sentimos satisfechos por un corto período de tiempo, pero luego, como cualquier adicción, comenzamos a sentirnos cansados, deprimidos y con hambre una y otra vez; y volvemos para conseguir más de lo mismo.

La comida chatarra se convierte en una adicción peligrosa porque sus efectos son sutiles. Cuando comemos una barra de chocolates, una bolsa de papas fritas, o un almuerzo en un local de comidas rápidas no vemos la obstrucción de las arterias con placa y los depósitos de grasa. No sentimos que ganamos peso mientras nuestros órganos se vuelven grasosos y débiles, y la mayor parte del tiempo, no asociamos el cansancio, la ansiedad, la depresión e incluso problemas en la piel con la comida chatarra que consumimos cada día.

Más aún, y ya que aparentemente todo el mundo lo hace, comer comida chatarra no parece ser una adicción. La comida chatarra afecta a las personas de cualquier edad. Niños, adultos y adultos mayores son adictos; y muchos lo son y lo serán toda la vida sin siquiera saberlo, y sin llegar a entender las enormes repercusiones en la salud que vienen acompañadas junto a las golosinas y colaciones que parecen tan inofensivos.

Comenzamos con nuestra adicción a la comida chatarra a edad muy temprana. Los niños dejan de consumir los alimentos nutritivos que necesitan para crecer sanos. Y la actual epidemia de obesidad infantil es sólo la punta del iceberg. Los niños que viven de grasas y azúcares tienen problemas de atención, problemas de crecimiento, y sufren de caries dental y estructura ósea débil a una edad temprana en la vida.

Al momento en que se llega a la juventud adulta, probablemente la mayoría de la ingesta calórica diaria de la comida chatarra. Una gran hamburguesa y una gran porción de papas fritas suele ser el menú de muchos adolescentes, lo que convierte a cada comida en una bomba de 1500 calorías.

Incluso si el metabolismo acelerado de los jóvenes los mantiene alejados de ganar peso, están consumiendo enormes cantidades de alimentos altamente procesados, que no sólo carecen de nutrición, sino que están recargados de colorantes, productos químicos y conservantes que envenenan nuestros cuerpos. Se ha comprobado que las papas fritas son altamente cancerígenas. El Glutamato Monosódico no sólo ocasiona la obesidad, sino varias formas de neurotoxicidad. Y la lista continúa, ya que incluso si no se está consiguiendo grasa de la comida chatarra, nos estamos enfermando.

Llegado a este punto, hemos crecido y nos hemos convertido como adictos a la basura. Si de alguna manera hemos llegado hasta este punto evitando las peores consecuencias de nuestra adicción durante nuestros años adolescentes, es ahora cuando salen a la luz. Los que comen comida chatarra sobre una base regular están en riesgo de contraer diabetes del tipo 2, enfermedades cardíacas, enfermedades hepáticas, hipertensión y una miríada de otras enfermedades que llevan a ataques al corazón, derrames, insuficiencia de órganos e incluso la muerte. De hecho, el doble de las personas que mueren cada año por enfermedades cardíacas causadas por la dieta relacionada con la obesidad y problemas cardiovasculares, de los que mueren por cáncer.

Al igual que cualquier persona fumadora o alcohólica de toda la vida, los estragos de la adicción a la comida chatarra se vuelven cada vez más evidentes en nuestros cuerpos a medida que envejecemos. Mientras que siempre es posible romper con esta adicción, la mejor solución es evitar comenzar con ella. Es por esa razón que la comida chatarra se ha comenzado a eliminar de las cafeterías de las escuelas y de muchas máquinas expendedoras alrededor del mundo.

En última instancia, la comida chatarra no sólo nos priva de las cosas que necesitamos para estar sanos, sino que juega un rol activo en envenenar nuestros cuerpos. Mientras más nos mantengamos alejados de la comida chatarra, artificial y procesada, y mantenernos comiendo alimentos nutricionales, mayores son las probabilidades de llevar nuestras vidas de una manera fuerte, saludable, y larga vida.

Si quieres saber más sobre cómo evitar la comida chatarra y hacer elecciones de alimentos saludables, recuperar tu salud, ponerte en forma y reducir grasa corporal a través de la buena alimentación y el ejercicio, te recomiendo que leas Tu Cuerpo Ideal. Existe una alternativa sana y segura para utilizar la ciencia de la nutrición a tu favor y empezar a lograr los cambios que deseas en tu cuerpo, de manera permanente.

Melissa Fernandez

Hola, mi nombre es Melissa Fernández, soy profesional de la salud, tengo 30 años y lo que me apasiona es el movimiento humano, el ejercicio físico y todo lo que tenga que ver con hábitos de vida saludables. Soy Bachiller en Promoción de la Salud Física, tengo una Especialización en Entrenamiento Personal. Soy graduada del Programa de Formación de Instructores de Pilates impartido por Global Fitness, además cursé capacitaciones de Entrenamiento con Kettlebell, Entrenamiento Inteligente y otros cursos de entrenamiento funcional. Actualmente soy instructora del Gimnasio Universitario de la Universidad de Costa Rica y soy Coach certificada por la franquicia estadounidense Orangetheory Fitness donde trabajo desde el 2018.

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