Hoy en día gracias a las redes sociales es más fácil que nunca decir que eres “Personal Trainer” y dar consejos, dietas y rutinas sin fundamento, engañando a la gente que lo lee y lo pone en práctica pensando que esto, de alguna forma, es lo que necesitan.
Esto conlleva dos problemas, lo primero es que este “Personal Trainer” conoce el mundo del entrenamiento por encima, pero mucho más allá, mucho más profundo hay procesos fisiológicos, vías metabólicas, reacciones bioquímicas y muchísimas cosas que se deben conocer y entender para, al final, entregar una dieta y una rutina.
Seguir una dieta y rutina de Internet, o que ha dicho alguien en twitter puede alejarte de tu objetivo y desmotivarte, pero lo que es más importante, puede dar pie a una lesión o problema de salud. Eres único y tienes que tratarte como tal!
Un buen entrenador no sólo tiene conocimientos sobre física, química, bioquímica, etc. Sino que además sabe transmitírselos a su alumno para que él también aprenda. Sabe motivar a su alumno y sabe qué hacer para que este alumno de más de lo que cree poder dar en el entrenamiento.
Así este alumno que sí eligió bien su entrenador cada día está más motivado, cada día tiene más ganas de entrenar, de progresar y de llevar una vida sana, lo que repercute cada día en una mejor salud. El primer fin de un buen entrenador es conseguir una mejor salud para su alumno.
Nunca un buen entrenador entregará una dieta y una rutina final, sino que deberá observar los progresos y sensaciones del entrenado para, progresivamente, incluir detalles y matices que mejoren su dieta y rutina, así no es un choque agresivo, sino un camino agradable hacia la consecución de los objetivos señalados.
Un buen entrenador te va a llevar de la mano, caminando junto a ti hasta que veas en el espejo el cuerpo que quieres ver y que parecía imposible. De la misma manera nunca tratará de venderte ningún tipo de suplemento, únicamente lo recomendará cuando sea necesario y realmente eficiente.
Un buen entrenador es el que está en todo momento pendiente de su alumno, en los momentos de baja motivación, cuando cree que es demasiado duro… para hacerle ver que merece la pena, aunque sea difícil.
Habréis notado que no he usado la palabra cliente en todo el artículo, como ya sabéis, es un error contratar un entrenador que te trata como cliente, un buen entrenador debe ser profesor, debe saber enseñar a su alumno las técnicas y métodos que usa para que así, conociendo el alumno la razón de lo que hace, crezca cada día física y mentalmente.
Esta relación de confianza redundará siempre en mayores progresos.
Autor: Andrés de Santiago, Head Fitness Coach de nuestro servicio de rutinas y dietas personalizadas en Tu Cuerpo Ideal Coaching