Es prácticamente imposible pasar por alto todo lo bueno que la espinaca puede darle a tu salud. Aquí te dejamos unas cuantas razones por las que deberías estar comiendo espinacas.
Para bajar de peso. Una taza de espinaca tiene el 20% de fibra que necesitas cada día, y esto ayuda a la digestión, deshincha, previene la consitpación, mantiene a raya el azúcar en la sangre y reduce el apetito.
Anti inflamatoria. Los nombres químicos para lso compuestos son un poco complicados de pronunciar, pero lo importante es que contiene grandes cantidades de compuestos que previenen y regulan la inflamación.
Antioxidantes. Repleta de vitamina C, vitamina E, beta caroteno, manganeso, zinc y selenio, la espinaca tiene una gran cantidad de antioxidantes para combatir a los radicales libres y mantenerte joven y radiante.
Combate enfermedades. Los fitonutrientes y todos los compuestos en la espinaca combaten el cáncer, la osteoporosis, la presión sanguínea alta y la arterioesclerosis. Ya por esto vale la pena comerlas regularmente.
La vista. Más antioxidantes, la luteína y la zeaxantina están plenamente presentes en la espinaca y protegen a los ojos de cataratas y degeneraciones de la vista.
Inmunidad. Una taza de espinacas contiene más del, presta atención: 330% de las dosis diarias recomendadas de vitamina A que protege las membranas mucosas, el sistema respiratorio, el tracto urinario y el tracto intestinal y que además es un componente clave en los glóbulos blancos que combaten infecciones.
Para la piel. La misma gran cantidad de vitamina A (de hecho es uno de los alimentos que más la contienen) promueve una piel saludable al mantener la epidermis húmeda, combatiendo la psoriasis, queratinización, el acné y las arrugas.
Para los huesos. Una taza de espinacas hervidas te darán todo lo que tus huesos necesitan para prevenir su descomposición y para promover su fortaleza y densidad ósea.
Evita la calcificación de los tejidos. La gran cantidad de vitamina K contribuye a prevenir la calcificación de los tejidos.
Sistema nervioso y cerebro. La abundancia de vitamina K contribuye también a un funcionamiento saludable del sistema nervioso y de las funciones cerebrales, contribuyendo a la síntesis de un tipo de grasa que protege los nervios.
Puedes consumirla:
– en tortillas
– cruda en ensaladas
– en tartas
– en sandwiches
– acompañando pastas o pescados
– en sopas
– en lasagnas
– hervida
– cruda
Con todos los beneficios de semejante alimento casi que uno se ve obligado a tenerla en cuenta para el menú de toda la semana ¿verdad?