No solo de dietas y ejercicio se adelgaza. Ya lo hemos dicho muchas veces, cambiar tu cuerpo es principalmente un proceso mental y en el que te enfrentarás a numerosos desafíos de la vida cotidiana, especialmente si tu estilo de vida no es exactamente uno saludable.
Hoy queremos graficar unas cuantas situaciones que no tienen que ver directamente con la comida y el ejercicio sino con percepciones y desafíos a la hora de perder peso.
Decepción con los resultados
La manera en que percibes cómo lo estás haciendo puede afectar tus verdaderos resultados. Funciona (mal) en dos direcciones opuestas.
Por un lado algunas personas creen que no lo están haciendo bien cuando en realidad sí lo hacen, y esa falsa percepción inevitablemente las lleva a sabotear de alguna manera todo lo bueno que venían haciendo en materia de dieta y ejercicio. Es pensar que se hace menos de lo que en verdad se está haciendo.
Por otro lado están quienes ponen la vara demasiado alta y erróneamente creen que perderán una cantidad masiva de peso en unas cuantas semanas. El resultado es la decepción instantánea y el abandono de todo esfuerzo por seguir adelante con su plan de adelgazamiento.
Siempre es posible romper esta percepción. Para los primeros esto puede lograrse llevando un control de todo el proceso; para los segundos practicando la paciencia y comprendiendo que todo el sobrepeso que se tenga no ha sido acumulado de un día para el otro por lo cual tampoco es de esperar que se pierda de esa manera. Otra herramienta para ambos es la información, saber lo que se hace, qué es de esperarse en una pérdida de peso saludable y en cuánto tiempo si se hacen las cosas como corresponden.
Influencias, dejarte influenciar, creencias populares sobre el adelgazamiento
Bajar de peso tiene mucho de arte. Cada cual es diferente y lo que funciona en unos puede no funcionar en otros. Sin embargo eso no significa que debes dejar la ciencia de lado ni mucho menos dejarte influenciar por supuestos expertos, parientes, amigos o compañeros del gym.
Si no tienes un plan a seguir estás condenad@, pero si tienes un programa y dejas que cualquiera opine sobre el, y lo que es peor haces caso a esas opiniones también estás condenad@.
Te digan lo que te digan y te lo diga quien te lo diga, si tienes un plan síguelo, dale un tiempo para ver si funciona, controla el proceso y atente al mismo. Siempre será posible hacer mejor las cosas pero no seas víctima del perfeccionismo ni de la desesperación. Tener un plan y seguirlo (y darle seguimiento) es lo mejor que puedes hacer para adelgazar de la mejor manera.
Batallar contra los problemas, las tentaciones y las dificultades para quitarse kilos
Se trata de la manera en que encaras tu objetivo…
Si lo ves como una serie de problemas e inconvenientes diarios ¿cuánto piensas que durarás en tu programa? Probablemente no mucho tiempo. Si todo lo que tienes que hacer es una molestia entonces tu deseo por perder peso no vale tanto como dices que vale. Evaluar tus prioridades y hacerlo porque es importante y porque realmente lo deseas es fundamental para mantenerte adelgazando. Mientras veas a la dieta y al ejercicio como una molestia así será el proceso. Pero en cambio si empiezas a verlo en términos de una mejor calidad de vida, de que te sentirás orgullos@ de ti por haberlo logrado y de que ganarás no solo un cuerpo más delgado sino seguridad y bienestar, la perspectiva cambia radicalmente…
Conclusión
Trabajar en tu mentalidad es tan importante como hacerlo con la alimentación que llevarás y la rutina de ejercicios. Si el valor que tiene tu objetivo es débil así serán los resultados, si piensas en exceso lo que tienes que hacer lo mismo, si dudas de todo igual, en fin… practica la paciencia, hazte responsable de tu peso y de tu salud, hazte cargo de tus prioridades, comprométete con lo que deseas y te garantizamos que perder peso será más cuesta abajo que una empresa imposible de alcanzar.