Al igual como cuando te dices con la dieta o el ejercicio «comenzaré el lunes», a veces encaramos nuestros proyectos de año nuevo sin mucho pensamiento ni mucho analisis. Y esa es una de las causas por la que abandonamos o nos salimos del camino antes de que siquiera nos demos cuenta de ello. Te dices «este año me quitaré diez kilos», o «me tomaré el entrenamiento con más seriedad» pero resulta que esa especie de determinación o promesa no se plasma en un análisis más profundo y solo dura lo que duran los fuegos artificiales de los festejos. Entonces, si quieres que lo que te dijiste a ti mismo sea algo verdadero esta vez tienes que ser más list@, y hacer algo al respecto.
Verás, mucha gente falla con sus promesas no por carecer de cualidades, o por tener una mala genética o falta de habilidad, sino por no poner su energía alrededor de lo que desean. Estar motivado es el fundamento de todo cambio que quieras lograr, ya sea con tu cuerpo, tu dieta, tu programa de ejercicios o cualquier objetivo; sin embargo lograrlos requiere de algo más: trabajo.
O sea, nadie duda del sentimiento o la importancia que tenga tu resolución, la de quitarte 20 kilos, o la de hacer del ejercicio un hábito, o dejar de fumar y mejorar la calidad de vida. Pero ¿te has preguntado por qué no funciona?
Todos queremos mejorar, y cada fin de año es como un momento de balance en el que pensamos qué podemos hacer, pero sucede que en materia corporal no pensamos tanto como debiéramos al respecto, y el resultado es que se abandona antes de cumplir una semana. No nos lo planteamos seriamente, no planificamos, no tenemos una estrategia, nada. Que te digas que tienes que entrenarte más es más bien una reacción emocional, no un objetivo verdadero.
Pero como con todas las cosas, hay una manera de que esta vez lo logres…
Primero deja de pensar en tus resoluciones como tales y comienza a pensarlas como verdaderos objetivos. Pásate unos varios días pensando, realmente pensando en si lo deseas, cuánto vale para ti lograrlo y qué medios tienes o puedes tener para lograrlo. No te lo tomes a la ligera, piensa, analiza, aprende a determinar si es tan potente como para hacerlo y lo mucho que vale para ti lograrlo.
Luego, cuando lo tengas claro haz lo que tienes que hacer: ponerte un objetivo real y específico que traduzca eso que deseas tanto y planificar una estrategia y un plan para hacerlo funcionar. No vale decir «tengo que adelgazar» o «mañana mismo me pongo a hacer ejercicio». No. Lo que tienes que hacer es ser específic@. Hay una gran diferencia entre «tener que bajar de peso» y tener un programa de dieta y ejercicio acomodado en tu agenda de todos los días. Si lo mantienes por el lado de «tengo que perder x kilos» no tienes dirección y manejarte así no tendrá mucho valor para tí, créeme. Real, específico, que puede hacerse con pasos concretos es lo que llevará tus resoluciones al terreno de lo realizable, y luego a reflejarlo en tu cuerpo, en tu salud y en tu vida.
Comienza a utilizar otros criterios para hacer realidad tus deseos. La debida preparación y el correspondiente análisis te darán las mejores posibilidades de lograrlo, y tener verdadero éxito en tus resoluciones.
Por otro lado es importante que te propongas algo realizable dadas tus características y condiciones actuales. Sería más perjudical que productivo decirte que competirás para Mr Olimpia dentro de tres meses si ahora tienes treinta kilos de sobrepeso. Esa es la receta segura para no lograr absolutamente nada y sumirte en la baja autoestima y los pensamientos derrotistas que solo te alejarán más de tu objetivo. Quiero decir, que compitas en algo así es posible para cualquiera, solo que sería mejor si lo haces por etapas, sabiendo lo que haces, dando pasos más pequeños y teniendo el gran objetivo en mente.
En suma, estas son las características que tienen que tener tus objetivos para que lo logres este año:
– Que sea algo específico. Algo definido, algo lo suficientemente claro como para que entiendas lo que tienes que hacer.
– Que puedas lograr. Todo es posible, pero en este caso ten objetivos realizables para un periodo de tiempo dado y con los recursos que tengas, considerando tus características actuales.
– Que te importe. No hagas nada que no sea relevante porque si te pones a hacer algo que no sientes que tienes ganas de hacer solo estarías perjudicándote.
– Que tenga un plazo. Plasma tus planes en una linea de tiempo y haz que ése tiempo cuente.
Para terminar deseamos que este año lo logres, que este año hagas progresos significativos y deseamos que encuentres en ti la fuerza para lograr todo lo que estamos seguros que lograrás. Somos testigos de lo que es posible hacer cuando se tiene determinación y sabemos que es posible también para ti. Quién sabe, tal vez el 2012 sea el año en que se cumplan todos tus sueños, como siempre, depende de tí…