Mucha de la frustración a la hora de cambiar el cuerpo proviene de estos mitos, o al menos de algunos de los que mostraré a continuación. Y es que las falsas creencias, confusiones y «educación popular» nos hacen actuar de maneras que no son las mejores para nuestros objetivos. Veamos algunas de ellas…
No hay que pesarse
Mentira, hay que pesarse una vez a la semana para un «estimado» de cómo lo vamos haciendo. O sea, es cierto que el peso no es el número más preciso de todos y no nos dice realmente nada sobre nuestra salud. Sin embargo es una herramienta importante porque es la manera más a mano que tenemos para medir semana a semana lo que vamos obteniendo de nuestro programa. Pero no te obsesiones con los números de la balanza. Si quieres maneras más precisas comprate un calibre medidor de grasa, y sácate medidas semanalmente o cada diez días por ejemplo. Ahora, si te vas a pesar hazlo siempre en los mismos momentos y recuerda que el peso varía según lo que comiste anteriormente, lo que bebiste y otros varios aspectos.
No hay que comer luego de la cena
Con respecto a esto hay una confusión. Porque incluso un snack planificado puede ser hasta beneficioso.
Lo que se dice usualmente es que la última comida del día tiene que ser la cena, y esto no necesariamente es así. Lo que importa es el total de calorías diarias, y ese total con relación a la cantidad de calorías quemadas para un objetivo dado. Pero se recomienda la cena como última comida y que se deje un espacio de al menos tres horas para no llevarnos calorías a la cama, y porque se supone que a la noche nuestro metabolismo se desacelera y si comemos mucho hay posibilidades que esas calorías no se quemen, sino que se acumulen. Por lo tanto sería saludable que cuides o al menos esperes un tiempo prudencial antes de ir a la cama luego de la última comida, aunque un snack una hora antes no hace daño. Simplemente recuerda tus calorías.
Tienes que cortar con la comida chatarra
Esto es cierto, pero también lo es que de vez en cuando, muy de vez en cuando es necesario que uno se de unos gustitos.
Por favor no malinterpretes este concepto ni te aproveches de el. Tu base alimenticia tiene que ser saludable, y tus días libres tienen que ser las excepciones. ¿Cuánto? una vez a la semana UNA comida, una vez cada diez días otra y así. La base, lo que comes todos los días es comida sana, y con cantidades que controles. No busques la perfección, busca ser constante.
La grasa es el origen de todos los males
Mentira, necesitas la grasa más de lo que piensas. Pero hay grasas y grasas. Por ejemplo las grasas trans son veneno, y está comprobado que lo son, así que a esas deberías evitarlas. Las saturadas no son veneno pero el consumo excesivo perjudica la salud.
Ahora bien, hay dos buenos tipos de grasas, las monoinsaturadas y las poliinsaturadas que nos ayudan en infinidad de funciones corporales vitales y nos protegen de enfermedades. Acidos grasos omega 3, 6 y 9 son necesarios por ejemplo. Algunas buenas fuentes de grasas sanas son el pescado, los frutos secos y las semillas, el aceite de oliva, linaza y canola entre otros.
Súper mito: se puede reducir grasa por zonas
Mentira, mentira, mentira.
Esto no es cierto. Y puedes comprobarlo tu mismo/a haciendo interminables encogimientos que no verás ni una sola rayita de tus abdominales. Lo mismo aplica para cualquier ejercicio que ataque algún área específica de tu cuerpo. La cosa con la grasa es así: a menos que tengas un porcentaje de grasa corporal que ronde el 7 a 10% en los hombres, y uno entre el 10 y el 15% en las mujeres no habrá abdominales marcados, ni brazos tonificados, ni glúteos. O sea, puedes hacer esos ejercicios para afirmar los músculos, pero la capa de grasa permanecerá igual a menos que hagas ejercicios para reducirla.
El mejor ejercicio es a la mañana
En desacuerdo. Es decir, hay momentos en que el ejercicio (aeróbico, y tradicional largo y lento) es más efectivo, que es a primera hora por la mañana con el estómago vacío y también luego de una sesión de pesas.
Ahora bien, dicho esto, el mejor ejercicio es ese que haces todos los días, y no me importa que suene a cliché. Haz ejercicio, y que no te importe la hora, que te importe hacerlo porque allí encontrarás los beneficios, en la regularidad.
No hay dolor sin ganancias
La verdad: el dolor es la señal que tiene el cuerpo para decirte que te dejes de hacer lo que te está ocasionando el dolor.
Hay una diferencia entre sentirse simplemente incómodo/a durante el ejercicio y un dolor constante y sonante. El dolor durante el ejercicio es síntoma de una lesión. Y aquí podemos discutir largo y tendido sobre la intensidad de la incomodidad, ya que soy un fanático del esfuerzo máximo con mi entrenamiento y eso usualmente significa una intensidad muy grande. Aprende a distinguir molestia con dolor, no es complicado, es algo que podrás hacer fácilmente y no es excusa para entrenar por debajo del límite tuyo. Las ganancias vienen con el esfuerzo, no con el dolor.
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