Si eres de las personas que dice que comenzará la dieta la semana que viene hoy siéntete afortunad@, porque vamos a convertir esas excusas que comunmente te pones en razones para comenzar ahora mismo.
1. Estoy muy ocupad@. «Mi trabajo, la familia, la escuela o los compromisos extra me han tenido demasiado ataread@ y honestamente no me queda tiempo»
Piensa en esto, todos tenemos la misma cantidad de tiempo todos los días. Y hay gente que trabaja tanto o más que tu, que tiene compromisos familiares al igual que tu y así y todo siempre, y quiero decir siempre se hacen tiempo para ejercitarse.
Pero eso no es todo…
Si tu vida es así como dices y estás replet@ de compromisos y actividades esa manera de vivir no es tan buena que digamos para tu salud y tu cuerpo. Picos de estrés, presión sanguínea alta, problemas gastrointestinales, hernias son solo algunos de los problemas comunmente asociados con ese estilo de vida. ¿Cómo contrarrestarlo? Con ejercicio, por supuesto. Si te ejercitas todos los días e intentas comer mejor lo que obtendrás será lo que estás buscando: tener más resto, fuerza y energía para hacer todo lo que tienes que hacer. ¿Lo ves? La solución es lo que estás evadiendo..
2. «El ejercicio no me gusta, no tengo la motivación o la fuerza para comenzar»
A algunos no les gusta el trabajo que tienen ¿dejan de trabajar?, a otros no les gusta tomar medicinas a diario pero deben hacerlo ¿lo dejan, se les acaban las fuerzas? Hay un montón de cosas que no nos gusta hacer, y sin embargo tenemos que hacer porque sabemos que nos hacen bien. Que estés san@ es una obligación que te debes, basicamente porque son los pilares sobre los cuales se asienta absolutamente toda tu vida. No tienes otro cuerpo, no los venden en ningún lado y la dirección que éste toma en términos de salud está definida casi de manera predecible por lo que hagas o dejes de hacer con él. Así que comienza ahora, y una vez que lo hagas no te detengas. Busca todo lo que esté a tu alcance para hacer de la alimentación saludable y el ejercicio tu nueva manera de vivir, no tienes que convertire en el próximo Mr Olimpia ni en la nueva Miss Universo.
3. Verguenza de la más pura calidad
Te da verguenza tu peso y no hay manera en que te sientas bien con ropa deportiva, los rollitos se salen por todos lados y te sientes empaquetad@ en vez de vestid@. ¿suena familiar? La verguenza incomoda, es un sentimiento que no nos gusta sentir, pero también es una realidad que le sucede a muchísimas personas y es algo que puede utilizarse en dos direcciones dependiendo de la actitud que tengas al respecto, puedes usarla en tu contra para sentirte cada vez peor, o bien puedes capitalizarla para mejorar. Si te da verguenza ahora y sigues sin hacer nada eso sólo empeorará las cosas. Piensa qué tan bien te verás una vez que bajes de peso o que no te cueste subir unas escaleras, o que cada día te sientes con más energía y puedes correr sin agitarte e imagínate caminando con la cabeza en alto sintiendo más confianza en ti mismo, sin verguenza.
Y claro está que hay tantas opciones que tranquilamente puedes sentir menos verguenza entrenando en casa con la gran variedad de opciones disponibles de entrenamientos hoy en día.
4. No crees tener un problema de sobrepeso o falta de estado físico así que no ves que debas adelgazar o ponerte a hacer ejercicio
Engordar no es algo que sucede de la noche a la mañana, y lo común es que luego de un poco de perder el control o despreocuparte por tu estado físico termines soprendiéndote y un día cualquiera veas que tienes una cantidad de peso y una falta de estado físico que sabes te costará un buen tiempo recuperar. Y por supuesto que esto puede revertirse, pero por sobre todas las cosas puede prevenirse. No tienes que convertirte en un experto nutricionista ni tampoco en un entrenador personal para hacerlo. Con solo reducir algunas de las comidas que engordan, azúcares, carbohidratos refinados, comer con menos sal, sacar las latas de gaseosas y por supuesto hacer alguna forma de actividad todos los días, que puede ser desde tomar clases de baile hasta meterte en el gimnasio todos los días, lo que te guste, mientras implique mover tu cuerpo está más que bien.
Y te ahorras el mal momento de sentir ese autoabandono y la dejadez por no haberte tomado una hora cada día.
Listo, cuatro excusas menos y a su vez cuatro nuevas y poderosas razones para comenzar a vivir una vida más saludable. Verás, hay una mala creencia de que tienes que dar vuelta toda tu vida para estar más sano y en mejor forma física. Cuando comprendas que son los cambios pequeños pero poderosos hechos día a día los que verdaderamente valen cambiará tu vida, mejorará tu salud y vivirás mejor, que es lo que buscamos todos…