Está la creencia de que si encuentras tu rutina ideal tienes que mantenerte haciéndola indefinidamente. Pero ¿qué tan efectivo puede ser esto? o bien ¿qué tan beneficioso puede ser? No mucho a decir verdad.
Por ejemplo, digamos que tu rutina de ejercicios consta de tres sesiones de spinning y dos de pesas en cuerpo entero. Si lo observas no hay nada de malo con eso, ciertamente te pondrás en forma y quemarás grasa si lo acompañas con la cantidad de comida adecuada. Físicamente será una rutina completa. Sin embargo…
… si te mantienes haciéndola medio año o un año entero, y por más que incorpores el factor intensidad y desafío constante, y por más que obtengas resultados de lo que haces tarde o temprano te pones en un gran riesgo: las lesiones por exceso de uso. Puede que te suceda a los cuatro meses, puede que te suceda a los tres años, pero sucede. Expliquémoslo con un poco más de detalle.
Verás, cualquier ejercicio que hagas repetidamente te pone en esta situación. Biomecánicamente estarás haciendo lo mismo una y otra vez, y lo estarás repitiendo sobre una base regular, tan regular que tu cuerpo si padece un mínimo problema de movimiento llegará al punto en que repetir ese movimiento resentirá la parte del cuerpo que lo padece y la lesión saldrá a la luz. Te pasará pedaleando, corriendo y también te pasará haciendo pesas. Le pasa en los hombros a los culturistas, le pasa en las rodillas a los corredores, le pasa a los nadadores, a los que hacen intervalos, le pasa a todo el mundo.
Tomemos las pesas. Si haces demasiadas repeticiones con mucha intensidad para movimientos específicos lo más probable es que con el tiempo esa zona se resienta y se vea algún problema. Lo típico son los movimientos de press de banca, press militar y press de hombros que termina con lesiones en los hombros, algunas veces lesiones crónicas.
Obviamente que para esto existe una solución: cambiar los métodos de entrenamiento, la cantidad de repeticiones, los programas de ejercicio, etc, y hacerlo de manera regular.
¿Como lo haces? Es muy simple…
– si hacías un músculo por día puedes ir al gimnasio tres veces a la semana para rutinas de cuerpo entero.
– si hacías spinning para tu cardio podrías pasarte al remo, o tomar las rutas y salir a correr.
– si hacías sprints ahora podrías hacer un poco de boxeo
– podrías pasarte de las pesas a los ejercicios con el propio peso de tu cuerpo o valerte de bandas de resistencia.
En fin, la idea es variar regularmente de manera tal de no caer en hacer lo mismo, biomecanicamene hablando y así evitar este tipo de problemas. Ahora bien, regularmente puede significar algo así como cambiar tu manera de entrenar cada tres meses. No hace falta cambiarla completamente ni tampoco de manera radicalmente opuesta a lo que venías haciendo. Es como la recomendación sobre la cantidad de peso que utilizas en el gimnasio: entrenar pesado por mucho tiempo resiente tus articulaciones, entrenar con muy poco peso no devuelve resultados. Varía los ejercicios, varia el cardio, busca alternativas de entrenamiento para el deporte que haces (algunos deportes poseen entrenamientos altamente específicos pero así y todo es posible evitar lesiones biomecánicas por el uso repetitivo).
Además, al variar obtienes otro buen punto a favor. No dejas de conseguir resultados. Generalmente al hacer lo mismo indefinidamente nuestro cuerpo se acostumbra y en cierta manera es como si «pensara» que no necesita mayor esfuerzo del que está haciendo. El resultado obvio es el estancamiento.
Por lo tanto varía, no todos los días ni tampoco todas las semanas ni tampoco mes a mes. Todavía necesitarás darle a tu programa el tiempo suficiente para que rinda sus frutos, simplemente no lo lleves al extremo o a la comodidad de hacer algo que ya conoces y sabes hacer. Que tu medida sean los 90 días. Haz la prueba, y no solo no dejarás de conseguir resultados, sino que además te evitarás las feas lesiones que nadie quiere.