Como parte de tu resolución para este año ¿te uniste a algún gimnasio? No estás solo. Millones de personas en tu pais ya van a un gimnasio. Pero hay un porcentaje que ha pagado esa membresía y que simplemente no asiste, o al menos no asiste tanto como originalmente quería. Los beneficios del ejercicio son bien conocidos: reducen los riesgos de enfermedades cardiacas, mejora el estado físico y la salud, mejora el sueño, reduce el estrés, etc, etc, etc. Entonces ¿por qué tanta gente evita los gimnasios como si fuera una plaga?
Hay una serie de encuestas realizadas por el Centro de Control de Enfermedades de los Estados Unidos, y el Consejo Americano sobre el Ejercicio que te darán algunas respuestas sorprendentes.
Un problema. Lo percepción propia.
Un 20% de los encuestados dijo que se sienten poco confiados al hacer ejercicio en un gimnasio, por el temor a ser los únicos fuera de forma en el lugar.
La solución. Sentir esta sensación al comenzar el gimnasio es perfectamente natural. Sin embargo hay maneras de minimizarlo. La realidad es que la mayoría de los miembros de un gimnasio tiene diferentes formas, tamaños y estados físicos, así que es cuestión de encontrar la atmósfera en la que te sientas más cómodo/a. Los profesionales del fitness recomiendan visitar distintos gimnasios y en distintos horarios. Acopla un amigo para que comenzar no sea tan tortuoso. Recuerda que es una sensación común a la mayoría de las personas. Con simplemente cambiar la perspectiva cambiará tu actitud. No veas el gimnasio como un lugar al que van personas perfectas porque esto no es cierto, más bien míralo como lo que es, un centro de salud al que tienes que ir a mejorar la tuya.
Otro problema. Los rudos.
¿Eres el tipo de persona que tira los discos emitiendo estruendos en toda la sala, o la persona que no descarga la máquina luego de utilizarla? El diez por ciento de los encuestados abandona el gimnasio por tu culpa.
La solución. Los primeros obligados a hacer algo al respecto son los dueños del gimnasio. Si tu gimnasio está lleno de gente ruda que te mira mal, que es descortés y si hasta incluso han habido episodios de robos hay dos cosas que puedes hacer. Una ignorarlos completamente, y dos cambiarte de horario y hasta de gimnasio. Cuando te pregunten por qué te vas lo mencionas sin dudarlo.
Otro problema más. ¿Y esto cómo funciona?
Una de cinco personas dijo que no va al gimnasio porque simplemente no saben lo que están haciendo. Las máquinas son muy complicadas o confusas, no saben cómo comenzar la rutina de ejercicios y hasta no saben qué hace cada máquina.
La solución. Todos los gimnasios tienen personal cuya tarea es enseñarte. Los monitores del gimnasio tienen que ayudarte a establecer tus objetivos, a implementar esa rutina y a utilizar todos los aparatos involucrados. Recuerda esto: estás pagando por un servicio y ellos tienen la obligación de dártelo. No dudes ni un segundo en preguntar todo lo que tengas que preguntar, y si es encesario que un monitor esté contigo todo el tiempo enseñándote, para eso están.
El problema. Las multitudes.
¿Excusa o razón? Casi la mitad de los encuestados dijo que su gimnasio estba lleno de gente.
La solución. Una muy fácil, ve a otro horario. Hay muchos gimnasios que habren muy temprano en la mañana, otros no cierran por las tardes y hasta hay gimnasios que están abiertos las 24 horas. Es cierto que es horrible entrenar con mucha gente. Personalmente me parece inconveniente por el uso de los aparatos, los discos, las barras, más que por la multitud en sí. Lo que hice es encontrar el horario en que no va mucha gente y no me estoy chocando ni esperando por una barra o un lugar para entrenar. A media mañana, luego del almuerzo o un par de horas antes de cerrar son horarios que típicamente no están abarrotados de gente.
Y tu ¿qué piensas?